Quien mejor puede contar que es AACC de Melilla es el alumno. Así que si queremos saber de AACC habría que hablar con el alumno, que es quién recibe en cada taller, en cada seminario, en cada charla, en cada conferencia, un poco o un mucho del esfuerzo de los profesores.
Habría que matizar que alumnos de AACC los hay diversos, de edad, conocimiento y trato, pero de todos se aprende. Tenemos la suerte de encontrarnos desde verdaderos personajes hasta con sencillas y humildes mujeres y hombres, pero de todos se aprende. Hay que tener en cuenta que aprender de su experiencia es el mayor regalo que nos pueden ofrecer. Por nuestra parte le ofrecemos principalmente los conocimientos específicos de la asignatura que impartimos.
Por eso es tan importante hablar con ellos y reconozco que a mi me gusta mucho y sobre todo me gusta abrir debates y charlar sobre miles de asuntos mientras se modela la arcilla. Y cuando se critica a alguien siempre digo como Arguiñano, que se haga “con fundamento”. No me gusta la gente que no apoya una crítica en un hecho verídico y vivido por uno mismo. Lo que no admito en los debates es el chismorreo.
Libertad absoluta para hablar de lo que a uno le apetezca pero con la verdad por delante, sin cotillear y respetuosamente. Pienso que si uno trabaja en lo que le gusta y encima puede expresarse con libertad, está viviendo más feliz.
A mi me encanta hablar con los alumnos, porque entre otras cosas no son sólo alumnos, son también personas con sus criterios, sus dudas, sus valores, sus creencias, sus defectos y sus virtudes. Y quién no lo haga así peor para él.
Juan Antonio Diago Márquez
El profesor de Escultura
PD: Por cierto, bonitos escudos los del escultor de Bogajo
Piñata del XXXI cumpleaños de Aula Culturales